El 11 de julio, la Subdirectora General Técnica de la Asociación Española de la Carretera (AEC), Elena de la Peña, participa en el “Evento Acciona: Carreteras resilientes: las infraestructuras que vienen“, organizado por el diario El Español, Acciona e Invertia.
Las inclemencias meteorológicas -lluvias torrenciales, inundaciones, sequía, calor extremo- los incendios y otros factores relacionados con el cambio climático someten a las carreteras a un estrés que provoca su rápido deterioro.
Según la Comisión Europea, entre el 30% y 50% de los costes de mantenimiento de las infraestructuras viarias están causados por los fenómenos mencionados, lo que supone entre 8.000 y 13.000 millones de euros al año.
¿Qué se puede hacer ante este dilema? ¿Qué tipo de carreteras deben construirse? ¿Pueden contribuir esas carreteras a la lucha contra el cambio climático? Estas y otras cuestiones se les plantearán a los cinco ponentes de este encuentro: además de Elena de la Peña, Félix González, miembro del Comité de Dirección del Negocio de Construcción de “Acciona; Miguel Núñez , vocal de la Junta Rectora del “Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid; María Moreno, directora de Contratación, Técnica e Internacional de “Seopan, y Aurea Perucho, directora del “Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX).
Siempre ha existido una estrecha relación entre el clima y las carreteras. Sin embargo, los cambios acelerados que vienen sucediéndose hacen que los datos climáticos históricos utilizados hasta la fecha no sean suficientes para una adecuada gestión de la infraestructura actual.
Por lo tanto, si la planificación y el diseño de las carreteras siguen atendiendo tan solo a las prácticas habituales de ingeniería y a los datos históricos existentes, es muy probable que no puedan dar respuesta a lo que, previsiblemente, está por venir. Esta realidad es aún más patente en zonas donde los eventos climáticos extremos son frecuentes, como la Región de América Latina y el Caribe.
La consecuencia de todos estos hechos es que la sostenibilidad de la infraestructura y la eficiencia económica de las inversiones quedan en entredicho.
Frente a este panorama, las carreteras resilientes se adaptan al clima y, en particular, al cambio climático. El objetivo es prever los efectos adversos y tomar las medidas adecuadas para evitar o minimizar los daños que puedan causar, con el fin de reducir costes futuros y maximizar la rentabilidad de las inversiones.
La Asociación Española de la Carretera es, sin duda, pionera en España en el campo de la investigación en carreteras resilientes.
Durante varios años, la AEC ha trabajado, de la mano de CAF – Banco de Desarrollo de América Latina, en la elaboración de la “Guía de Buenas Prácticas para la Adaptación de las Carreteras al Clima. Este documento se elaboró para aunar el conocimiento en esta materia y determinar cómo deben ser esas infraestructuras adaptadas al clima durante todo su ciclo de vida. A la vez, la Guía contiene ejemplos de acciones y buenas prácticas que son de utilidad para aplicar a los proyectos de carreteras.
La investigación contempla tanto las carreteras de nueva construcción como la red vial en servicio, y propone medidas de adaptación desde dos puntos de vista complementarios. La planificación estratégica, que supone la creación de un marco apropiado en los ámbitos institucional, legal y social. Y las medidas específicas, que buscan mostrar algunas de las buenas prácticas de la ingeniería para el diseño y construcción de infraestructuras más resilientes.