El 31 de agosto de 2020 la Asamblea General de Naciones Unidas proclamaba el período 2021-2030 como Segundo Decenio de Acción por la Seguridad Vial. En la resolución se mostraba la preocupación por el hecho de que la meta 3.6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, relativa a la reducción a la mitad de las víctimas de los siniestros de tránsito desde 2011, no se alcanzara en 2020, motivo por el que se establece ese mismo objetivo entre 2021 y 2030.
Posteriormente, en octubre de 2021, la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas publicaban el Plan Global de la Década de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030, sobre la base del Sistema Seguro, que describe las directrices generales para alcanzar los objetivos de reducción de los fallecidos y heridos en siniestros de tráfico en, al menos, un 50% durante ese período.
En un contexto enmarcado por los Objetivos del Desarrollo Sostenible, la estrategia “Sistema Seguro” y la nueva Directiva de Seguridad de las Infraestructuras Viarias, la década 2021-2030 no puede ser otra década perdida. Si bien es preciso reconocer que en los últimos años hemos asistido a un fortalecimiento institucional significativo en países emergentes, entre los que cabe destacar la Región de América Latina y el Caribe, las políticas son aún débiles, los compromisos no son suficientemente vinculantes, las sociedades no están totalmente comprometidas y los resultados se encuentran lejos de lo deseable.
De acuerdo al enfoque de “Sistema Seguro”, se puede prevenir en gran medida las muertes y lesiones graves por medio de una responsabilidad compartida a todos los niveles, de manera que se garantice que los siniestros que se produzcan no desemboquen en consecuencias graves. El planteamiento se basa en la premisa de que las personas cometemos errores, por lo que, en la medida de los posible, el sistema de la movilidad debe tratar de compensarlos, atenuando sus consecuencias.
La Directiva 2019/1936, por la que se modifica la Directiva 2008/96/CE sobre gestión de la seguridad de las infraestructuras viarias, supone una mejora cuantitativa y cualitativa en el ámbito de las carreteras: se extiende el campo de aplicación de las herramientas de mejora de la gestión de la seguridad vial (auditorías, inspecciones, evaluaciones de impacto y evaluación de la seguridad en el conjunto de la red) a las carreteras principales, superando la Red Transeuropea de Carreteras, ámbito al que se circunscribía la primera versión de la Directiva, publicada en 2008. Cabe destacar que la propia norma reconoce textualmente que “unas carreteras bien diseñadas, con un adecuado mantenimiento y bien marcadas y señalizadas deben reducir la probabilidad de que se produzcan accidentes de tráfico, mientras que las carreteras “clementes” (carreteras diseñadas de forma inteligente para que los errores de conducción no tengan inmediatamente consecuencias graves o mortales) deben reducir la gravedad de los accidentes”, lo que supone toda una declaración de intenciones sobre la importancia del estado de las infraestructuras viarias.
Es el momento, pues, de fomentar la realización de auditorías en todos los nuevos diseños de carreteras, de promover la realización de inspecciones en las redes en servicio, de garantizar un buen estado de conservación de la vía y su equipamiento para todos los usuarios, de utilizar de manera masiva tecnologías para la mejora de la seguridad, de implantar “márgenes que perdonan” los errores de los usuarios y de comprender que no sólo se trata de bajar velocidades, sino de adecuar las infraestructuras a los usos previstos desde la perspectiva del Sistema Seguro.
Solo así podremos hacer frente a los retos mundiales, que serán la base de la política de seguridad vial internacional en los próximos diez años. El sector de la carretera está sobradamente preparado para asumirlos, de la mano de los gobiernos e instituciones, en España y fuera de nuestras fronteras.
On 31st August 2020, the UN General Assembly declared the period 2021-2030 as the Second decade of action for road safety. In the resolution, there was a specific concern about the fact that target 3.6 of the Sustainable Development Goals of the 2030 Agenda, related to halve the number of global deaths and injuries from road traffic accidents since 2011, was not reached by 2020, and therefore the same target is established between 2021and 2030.
Subsequently, in October 2021, the World Health Organization and the United Nations published the Global Plan for the Decade of Action for Road Safety 2021-2030, based on the Safe System approach which outlines general guidelines in order to reach, at least, a 50% reduction of deaths and injuries from road traffic accidents during this period.
Framed within the context of Sustainable Development Goals, the Safe System approach, and the new Directive on Road Infrastructure Safety Management, the 2021-2030 decade cannot be another lost decade. While it should be recognized that in recent years we have seen a significant strengthening of developing country's institutional capacities, including the Latin American and Caribbean Region, policies are still weak, compromises are insufficient, societies are not wholly committed and results are far away from the desired situation.
According to the "Safe System" approach, deaths and serious injuries can be largely prevented through a shared responsibility among all those stakeholders involved, in a way that would ensure that no accidents with severe consequences happens. The approach is based upon the assumption that users make mistakes so, where possible, the mobility system must try to offset them by mitigating their consequences.
The Directive 2019/1936 amending Directive 2008/96/EC on road infrastructure safety management, improves roads from a quantitative and qualitative perspective. The field of application of the safety tools (audits, inspections and safety management) is extended to the main roads, going beyond the Trans European Road Network, area to which was limited the first Directive version published in 2008. It is also important to highlight that the standard explicitly recognizes that "...well-designed, properly maintained and clearly marked and signed roads should reduce the probability of road accidents, whilst ‘forgiving roads’ (roads laid out in an intelligent way to ensure that driving errors do not immediately have serious or fatal consequences) should reduce the severity of accidents...", which is a clear declaration of intentions on the importance of the road maintenance conditions.
Hence, it is time to encourage the conduction of safety audits in all new roads designs, to promote the undertaking of inspections in existing road networks, to ensure roads and their equipment are in good conditions for all users, to use technologies in a massive way to improve safety, to implement "forgiven roadside" for reducing the consequence of users’ mistakes and to understand that this is not only a question of lowering speed limits, but also to update infrastructures to different uses from the perspective of Safe System.
Only in this way we could meet global challenges which will be the basis of international road safety policy in the coming 10 years. The road sector is widely prepared to undertake them, in hand with governments and institutions, in Spain and abroad.