En el año 2009 la Federación Europea de Carreteras definía las “carreteras sostenibles” como aquéllas que se planifican, diseñan, construyen, operan y mantienen de manera eficiente y eficaz, por medio de políticas integradas respetuosas con el entorno y capaces de garantizar los servicios socioeconómicos (accesibilidad, empleo, etc.), en términos de movilidad y seguridad.
Hoy, hablar de sostenibilidad en el ámbito viario nos lleva a considerar, además, otros conceptos que, en los últimos años, han pasado a ser prioritarios.
La carretera es parte fundamental de nuestro patrimonio. Conservarla es invertir en accesibilidad y empleo, en un servicio básico que permite llegar a otros muchos, como la educación, la sanidad, la cultura, etc.
Hoy, el mundo viario es más sensible a la diversidad de usuarios. La carretera, el equipamiento, el entorno, el diseño, la gestión, etc. deben adaptarse a las necesidades de quienes utilizan el vehículo ligero y el pesado, pero también del motociclista, el ciclista y, en algunos entornos, del peatón. Seguridad y compatibilidad entre usuarios han de ser, por tanto, objetivos prioritarios.
La carretera es un enorme banco de pruebas para la provisión de nuevos y mejores servicios para la gestión de la movilidad y la seguridad vial, aunando infraestructura con tecnología y comunicaciones. Vehículo conectado, vehículo autónomo, servicios de gestión de tráfico, etc. son hoy una realidad. En este ámbito, resulta fundamental un trabajo integrado entre todos los implicados: empresas y administraciones; carretera y vehículo; gestor del servicio de movilidad y gestor del servicio de comunicaciones.
Carretera y cambio climático guardan una estrecha relación. Limitar las emisiones del tráfico y del proceso de construcción de la infraestructura es una línea de trabajo con una larga trayectoria. Paralelamente, la adaptación de las infraestructuras viarias a las consecuencias del cambio climático comienza a despuntar como una necesidad fundamental en la planificación, diseño, construcción y gestión de carreteras, especialmente en regiones geográficas duramente castigadas por los fenómenos meteorológicos, como Asia o América Latina.
La logística, por su parte, también posee una amplia potencialidad de mejora. En aras de una mayor sostenibilidad de nuestras carreteras, se debe seguir trabajando en optimizar la planificación y gestión del transporte por carretera. Evitar retornos en vacío, minimizar el tráfico en zonas de alta sensibilidad ambiental o social, correcta estiba de la carga, son algunas de las líneas de trabajo con mayores márgenes de mejora.
Y aún hay más.
Sin duda, dentro de unos años será necesario redefinir el concepto de “carreteras sostenibles”, poniendo de manifiesto que el sector viario se adapta a la evolución del entorno, en la búsqueda constante de respuestas a los retos que se plantean en los ámbitos económico, social y ambiental. Y, como siempre, con los ciudadanos, sus usuarios, en el centro de todas las miradas.
Por todo ello, nuestro lema, hoy, sigue siendo “Mejores carreteras para un mundo mejor”.
In 2009 the European Road Federation defined "sustainable roads" as those that are planned, designed, built, operated and maintained in an efficient and effective manner through integrated policies that respect the environment and are capable of guaranteeing socioeconomic services (accessibility, employment, etc.), in terms of mobility and safety.
Today, talking about sustainability in the roads leads us to consider, in addition, other concepts that, in recent years, have become a priority.
The road is a fundamental part of our assets. To maintain it is to invest in accessibility and employment, in a basic service that allows reaching many others, such as education, health, culture, etc.
Today, the road sector is more sensitive to the diversity of users. The road, the equipment, the environment, the design, the management, etc. must adapt to the needs of those who use the light and heavy vehicle, but also the motorcyclist, the cyclist and, in some settings, the pedestrian. Safety and compatibility between users should, therefore, be a main priority.
The road is a huge test bench for provision of new and better services for mobility management and road safety, combining infrastructure with technology and communications. Connected vehicle, autonomous vehicle, traffic management services, etc. are a reality today. In this area, an integrated work between all of stakeholders is key: companies and administrations; road and vehicle; mobility service managers and communication service managers.
Road and climate change are closely related. To limit emissions from traffic and from the process of construction of infrastructures is a line of work with a long history. At the same time, the adaptation of road infrastructure to the consequences of climate change begins to emerge as a fundamental need in planning, design, construction and road management, especially in geographic regions harshly punished by meteorological phenomena, such as Asia or Latin America.
Logistics, for its part, also has a wide potential for improvement. In the interest of greater sustainability of our roads, we must continue working to optimize planning and management of road transport. Avoid empty returns, minimize the traffic in areas of high environmental or social sensitivity, are some of the lines of work with greater potential for improvement.
And there is more.
Undoubtedly, in a few years it will be necessary to redefine the concept of “sustainable roads”, showing that the road sector adapts to the evolution of the environment, in the constant search for answers to the challenges that arise in the economic, social and environmental fields, and, as always, with citizens, their users, in the center of all sights.
For all these reasons, our motto, today, continues to be “Better roads for a better world".