21 de noviembre de 2025
La Comisión Europea ha dado un paso decisivo hacia la creación de un espacio europeo de movilidad militar plenamente operativo en 2027. El nuevo paquete de movilidad militar, acompañado de un Reglamento específico y de una Comunicación conjunta, no solo busca facilitar el movimiento rápido de tropas y equipos a través del continente, sino que, además, introduce un cambio de paradigma en la forma en que Europa concibe, gestiona y financia sus infraestructuras de transporte, muy especialmente las carreteras.
La dimensión estratégica del transporte terrestre —tradicionalmente asociada a la competitividad económica y la conectividad civil— se vincula ahora de manera explícita a la defensa, anticipando una década en la que túneles, puentes, viaductos y corredores clave deberán ser aptos para soportar cargas, dimensiones y ritmos muy superiores a los habituales.
Y es que la defensa europea ya no depende solo de los carros de combate, sino de la capacidad real de las redes viarias y ferroviarias para soportarlos, canalizarlos y distribuirlos sin cuellos de botella.
El paquete de la Comisión establece, por primera vez, normas armonizadas para movimientos militares transfronterizos, plazos de tramitación reducidos a tres días, procedimientos aduaneros simplificados y un Sistema Europeo de Respuesta Reforzada que otorgará prioridad militar a determinadas infraestructuras en caso de emergencia. Pero la clave está en otro punto: la resiliencia y adaptación de las infraestructuras de transporte.
Según ha informado la propia Comisión Europea en un comunicado, su plan contempla actuar en corredores clave de movilidad militar, que deberán cumplir estándares de doble uso (civil y militar); puentes y túneles con limitaciones estructurales, que requieren ampliaciones, refuerzos o reconstrucción; redes viarias críticas, en las que se reforzarán firmes, gálibos y radios de giro, y ciberseguridad y seguridad energética de los nodos de transporte.
En este sentido, el Comisario de Transporte, Apostolos Tzitzikostas, ha recordado que muchos puentes europeos no soportarían el peso de un tanque moderno, que algunos túneles “atascarían” convoyes militares y que existen fronteras interiores donde la infraestructura ni siquiera permite el paso de vehículos de gran tonelaje.
Por su parte, el Comisario de Defensa, Andrius Kubilius, ha cifrado en 70.000 millones de euros la inversión necesaria para adaptar la infraestructura europea, una cantidad muy superior a los fondos actualmente disponibles en el MFP 2021–2027.
Pero el gran obstáculo a este programa no es únicamente financiero: es político, dado que cada Estado miembro —y, en algunos casos, cada región— posee sus propias competencias en materia de transporte. Los plazos de obra civil, los procesos de contratación y la complejidad transfronteriza sitúan el objetivo de 2027 como extraordinariamente ambicioso.
Más información: Commission moves towards 'Military Schengen' and transformation of defence industry - Mobility and Transport
Cuellos de botella: de la teoría a la realidad operativa
La Comisión ha identificado aproximadamente 2.800 tramos problemáticos en las redes transeuropeas de transporte, 500 de ellos prioritarios para reformas estructurales. Se trata de puntos donde la capacidad real de la infraestructura limita la posibilidad de trasladar tropas rápidamente del corazón de Europa a los flancos más expuestos, especialmente hacia el noreste.
Para un sector como el de las carreteras, el paquete europeo representa un doble salto conceptual:
- La carretera como parte de la arquitectura de seguridad. El Libro Blanco “Preparación en materia de defensa europea 2030” ya apuntaba a este cambio, pero es ahora cuando se formaliza: modernizar, ensanchar o reforzar carreteras podrá considerarse gasto estrictamente vinculado a la defensa, algo que varios Estados ya están incorporando a su planificación presupuestaria.
- Nuevas exigencias de diseño y explotación. Se abre la puerta a:
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- Nuevos estándares de capacidad portante para firmes.
- Aumentos de gálibo en túneles y pasos superiores.
- Refuerzo estructural de puentes, especialmente en zonas de montaña y corredores transfronterizos.
- Vías de acceso ampliadas en puertos, zonas logísticas y áreas críticas de la RTE-T.
- Protocolos de emergencia que priorizan el uso militar de la infraestructura.




