4 de diciembre de 2024
El cambio climático se ha convertido en uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta nuestra sociedad, y uno de los sectores que vive en primera línea las consecuencias de este fenómeno es el de las infraestructuras. Las olas de calor, precipitaciones intensas y tormentas no solo comprometen la estabilidad de carreteras, viaductos o sistemas de movilidad, sino que también aumentan los gastos asociados a su conservación y rehabilitación, impactando directamente en las finanzas públicas y corporativas. Adaptarlas a esta realidad es una prioridad cada vez más acuciante, y requiere emplear materiales más duraderos, incorporar avances tecnológicos, promover la innovación, agilizar procesos administrativos, actualizar el marco normativo, simplificar los trámites y una colaboración público-privada más consolidada.
Estas son las principales conclusiones que se desprenden del foro de debate organizado el 3 de diciembre por el diario El País con el título Infraestructuras y cambio climático, en el que participó la Subdirectora General Técnica de la Asociación Española de la Carretera (AEC), Elena de la Peña.
La falta de un análisis exhaustivo sobre la vulnerabilidad de las carreteras sigue siendo una asignatura pendiente, señaló De la Peña. “Lo más importante es saber cómo estamos, y eso, hoy en día, no lo sabemos”, sostuvo. Aunque se han realizado estudios puntuales hace algunos años, estos se limitaron exclusivamente a los 25.000 kilómetros de carreteras estatales, dejando de lado las redes autonómicas y locales. En un territorio con más de 165.000 kilómetros de vías, esta omisión supone un desafío. “La red local, que incluye carreteras gestionadas por diputaciones y autonomías, está fuera de esos análisis. Por ejemplo, lo sucedido en Valencia afectó gravemente a las vías locales, y eso no está incluido en las evaluaciones estatales”, destacó De la Peña.
La urgencia de un diagnóstico integral cobra mayor relevancia ante el impacto creciente del cambio climático. Las condiciones meteorológicas extremas están sometiendo a las infraestructuras a un estrés sin precedentes. Aunque el Ministerio de Transportes ha licitado un contrato para valorar la resiliencia de las vías estatales, la Subdirectora General Técnica de la AEC considera que es necesario ampliar la perspectiva a un mayor número de carreteras.
Junto a Elena de la Peña participaron en el este foro Francisco Doblas-Reyes, Director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Centro de Supercomputación de Barcelona; Alejandro Jiménez, Director de Desarrollo de Negocio y Estrategia de Infraestructuras de Acciona, y Pablo Sáez, Presidente de ACEX.
Doblas-Reyes lanzó una crítica contundente hacia el sector privado en España por su escasa inversión en investigación básica relacionada con el cambio climático. “La aportación en este ámbito es prácticamente nula”, resaltó.
Por su parte, Alejandro Jiménez puso el dedo en la yaga del estado de conservación de las infraestructuras viarias. “España acumula un déficit brutal. Tocamos pico en 2009 y desde entonces hemos bajado significativamente”, una afirmación con la que Pablo Sáez también estuvo de acuerdo, poniendo de relieve la necesidad de actuar de manera conjunta los sectores público y privado, sobre todo para cerrar la brecha con otros países. Para ilustrar esta disparidad, mencionó que Alemania lleva más de 10 años invirtiendo el 70% de sus fondos en conservación de carreteras, mientras que España solo ha alcanzado el 51% en los últimos tres años, un porcentaje que antes oscilaba entre el 30% y el 35%.
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