La recogida y tratamiento de la información para gestionar las infraestructuras viarias es hoy día la punta de lanza del trabajo de muchas empresas del sector y, especialmente, de las administraciones con competencias en carreteras.
Sin embargo, esta labor per se no servirá para mejorar la movilidad ni su conectividad o sostenibilidad, ni tampoco sus niveles de fluidez y seguridad. Este es uno de los mensajes clave que han querido transmitir los participantes del 2º Congreso Español de Smart Roads, organizado los días 15 y 16 de diciembre en Madrid por el Foro Español de Smart Roads.
Enrique Belda, Subdirector General de Sistemas de Información y Comunicaciones para la Seguridad del Centro Tecnológico de Seguridad del Misterio del Interior y Presidente de este Foro, ha señalado durante la inauguración del encuentro que, si bien el dato es la “nueva revolución industrial”, ese dato, esa información que se recopila y se transmite, ha de ser de “calidad” para que cumpla su función.
Esto implica, entre otras cosas, que ha de existir comunicación entre los grandes gestores de datos; que han de crearse normas para medir de forma estandarizada el rendimiento de los sistemas inteligentes utilizados, y que la industria tecnológica y la industria viaria han de colaborar para lograr ese modelo de movilidad segura, sostenible, conectada y autónoma.
El 2º Congreso Español de Smart Roads ha servido para mostrar estos y otros muchos nuevos retos que se abren en el campo del Big Data y la Inteligencia Artificial (IA) aplicados a las infraestructuras viarias.
La Asociación Española de la Carretera (AEC), impulsora del Foro Español de Smart Roads, “está desempeñando un papel proactivo y dinamizador, no solo en la difusión de todas estas iniciativas, sino también en la formulación y puesta en marcha de propuestas propias como el proyecto Carretera segura, verde y conectada”, ha señalado su Presidente, Juan Francisco Lazcano, en la inauguración del encuentro.
Se trata, ha añadido, de “una estrategia tractora para la recuperación económica a través de la adaptación de las carreteras a un nuevo modelo de movilidad creado sobre los vectores de la transición ecológica y la transformación digital”. Y este es un cambio ineludible también para Enrique Belda, quien da por hecho que “la movilidad tiene que sumarse a esa revolución industrial que es la revolución del dato, y nunca puede ralentizarse porque las empresas o las administraciones no hayan sabido adaptarse a lo que pide la sociedad. Y lo que nos pide hoy son carreteras inteligentes”.
En esta línea, el encuentro ha presentado los proyectos más novedosos desarrollados por nuestras empresas y administraciones en pro de la transformación de la movilidad terrestre, ya sea en el ámbito urbano o en el interurbano.