Revolución digital: protagonistas del cambio
A safe, green, and connected road — also in the local network
El estudio “Inspección visual del estado de conservación de las carreteras” que la Asociación Española de la Carretera realiza periódicamente desde el año 1985 está en el ADN de nuestra organización. Desde entonces, cada dos años hemos puesto en marcha un ambicioso trabajo de campo para recopilar, por medio de una inspección visual, datos sobre el estado de los pavimentos, la señalización vertical y horizontal, los sistemas de contención, los elementos de balizamiento y la iluminación de nuestras carreteras, por todo el territorio, cubriendo la red del Estado y las redes autonómicas y de diputaciones forales. En algunas campañas llegamos incluso a inspeccionar las redes provinciales de alguna región. Una enorme cantidad de datos (el Big Data del momento) que, tras un exhaustivo trabajo posterior, arrojaba unos indicadores de estado de cada elemento y en cada territorio, y unas necesidades de inversión para superar un déficit en conservación que, al menos desde el inicio de este siglo, no ha parado de crecer. Año tras año, han sido numerosas las peticiones por parte de administraciones de carreteras, organizaciones del sector, medios de comunicación y otras instituciones de la sociedad civil para conocer los datos de la inspección visual y hacer referencia a ellos en multitud de artículos, estudios, informes, argumentarios, respuestas parlamentarias y hasta escritos del Defensor del Pueblo.
Esperado por muchos, temido por algunos y siempre sin pasar desapercibido, ha sido uno de los estudios “insignia” de la AEC más citados en el ámbito de las carreteras desde hace cuarenta años. Nuestro objetivo, durante este tiempo, se ha mantenido firme: demandar, con evidencias, unas adecuadas inversiones para la conservación de nuestra red viaria.
La última campaña, presentada en el año 2022, supuso el fin de una época. Todavía resuena, y lo escuchamos reiteradamente en numerosos foros, el dato de déficit de inversión en conservación que hacíamos público en el mes de julio de aquel año: la nada despreciable cantidad de 10.000 millones de euros. Sin embargo, ha llegado el momento de apostar por un cambio de metodología que, aun reconociendo las bondades de la inspección visual, nos permita pasar a un escenario mucho más ambicioso: una inspección digital, acorde con el principio de “Carretera Segura, Verde y Conectada” por el que venimos abogando en los últimos años. La tecnología disponible hoy nos ha permitido desarrollar una inspección más avanzada, más segura, más objetiva y replicable, con un presupuesto de ejecución razonable, que no se podía plantear con la tecnología de hace décadas.
El año 2025 ha marcado un cambio en la valoración de las necesidades de conservación de nuestra red de carreteras: hemos ampliado la cobertura, multiplicando por diez el número de kilómetros inspeccionados, y hemos incorporado la visión artificial a la identificación de los deterioros del pavimento. En una segunda fase, añadiremos la información obtenida de vehículos conectados, lo que nos permitirá conocer periódicamente las aceleraciones verticales de los vehículos. En definitiva, una enorme cantidad de datos y un conjunto de herramientas para extraer lo mejor de ellos, respondiendo a nuestro compromiso en cuanto al estado de conservación de las carreteras: medir, valorar y actuar, con la opinión pública como principal aliado.
En este escenario, la nueva inspección digital ha arrojado unas necesidades de inversión en el matenimiento de nuestras carreteras que superan los 13.000 millones de euros. Los cambios no han sido menores. En el lado “nostálgico” nos pesa, y mucho, perder una serie temporal que completábamos cada dos años y que nos permitía comparar la evolución del estado de conservación de nuestras carreteras en el tiempo; no ha sido fácil desprenderse de ella. En el lado positivo, además de las ventajas tecnológicas citadas anteriormente, estamos ante una verdadera revolución, que nos ha permitido proporcionar a la opinión pública más datos y multiplicando la disponibilidad de información que nos proporcionaba la inspección visual.
Aunque, en esencia, seguimos trasladando a la sociedad un mensaje similar, acorde con los principios de nuestra organización: mejores carreteras para un mundo mejor. Nuestras carreteras, para ser seguras, verdes y conectadas siguen necesitando, más que nunca, inversión en conservación; solo así podremos dar respuesta a los retos de la movilidad.
The study “Visual Inspection of the Condition of Roads”, periodically conducted by the Spanish Road Association (AEC) since 1985, is part of the organization’s DNA. Since then, every two years it has launched an ambitious field campaign to collect, through visual evaluation, data on the condition of pavements, vertical and horizontal signage, containment systems, beaconing elements, and lighting across Spain’s territory—covering the national network as well as the regional and provincial networks. In some campaigns, even provincial networks in certain regions were inspected. 
This vast amount of data—the Big Data of its time—after an exhaustive subsequent analysis, yielded condition indicators for each element and each territory, as well as estimates of the investment needs required to address a maintenance deficit that, at least since the beginning of this century, has not stopped growing. Year after year, road administrations, sector organizations, media outlets, and civil institutions have requested access to the visual inspection data, citing them in countless articles, studies, reports, briefings, parliamentary responses, and even ombudsman inquiries. 
Expected by many, feared by some, and never unnoticed, it has been one of the AEC’s most emblematic and widely cited studies in the field of roads for four decades. The organization’s goal has remained firm throughout this time: to demand, based on solid evidence, adequate investment in the maintenance of Spain’s road network. 
The last campaign carried out through visual inspection was presented in 2022 and marked the end of an era. One figure still resonates—and has been repeatedly mentioned in many forums—the investment deficit made public in July that year: a striking 10 billion euros. However, the time had come to embrace a new methodology that, while recognizing the merits of visual inspection, would allow the AEC to move toward a far more ambitious scenario: a digital inspection, consistent with the principle of a “Safe, Green, and Connected Road” that the AEC has been advocating in recent years. 
Today’s available technology has made it possible to develop a more advanced, safer, more objective, and replicable inspection process, with a reasonable execution budget—something unthinkable with the technology of previous decades. The year 2025 marks a turning point in the assessment of Spain’s road maintenance needs. Coverage has expanded tenfold in terms of kilometers inspected; artificial vision has been incorporated into pavement deterioration detection; and it is expected that data from connected vehicles will soon be added, providing regular information on vehicles’ vertical accelerations. In short, an enormous volume of data and a set of tools to extract the best insights from them—reinforcing the Association’s long-standing commitment regarding road maintenance: to measure, to assess, and to act, with public opinion as its greatest ally. 
The changes are far from minor. On the nostalgic side, it was difficult to let go of a time series updated every two years, which allowed longitudinal comparisons of road condition over time. The methodological shift inevitably entailed a break in continuity—and, to some extent, a change in the resulting figures. On the positive side, beyond the aforementioned technological advantages, we are witnessing a true revolution: one that enables the AEC to provide the public with more data, more frequently, exponentially increasing the information previously made available through visual inspection. 
In essence, however, the AEC continues to convey the same message, consistent with its founding principles: better roads for a better world. The conclusions of the first digital inspection are striking: Spanish roads are currently in their worst condition in recent history, with 52 % of the network rated as poor and a maintenance deficit exceeding 13.4 billion euros. 
Our roads, to be safe, green, and connected, need maintenance investment now more than ever. Only then will we be able to meet the challenges of future mobility.



